Fui temprano
a tus ojos
pronto sin dudar
eras el cielo y los campos
al atravesar mi locura
mi razón
por la que sentía
ahuyentar
desde el silencio
todo mal
toda realidad oscura
con la luz encendida
de tu rostro
en mi alma,
pronto al buscar
en tí mi refugio
a un lado del camino
en un llano, en un estío
vi en tus ojos
la Luna brillar
en mi destino
que acrecentaba
mi seguridad
de alcanzar
las estrellas contigo
el alma que en tus ojos
no dejaba de admirar,
hasta que en la oscuridad
la noche se volvió
tan profunda
que los sueños
se hicieron realidad,
las estrellas parpadeaban
la Luna en su esplendor
te iluminaba
como un espíritu
desde el alma,
la oscuridad de tus ojos
me penetró
hasta que el silencio
nos hizo uno,
¡nada nunca,
jamás se vio!
estoy viendo
con sus ojos,
con sus manos,
con su piel,
y poseo
lo que ella posee
sobre mí,
sólo
que en el pensamiento
no existe lugar
en mi recogimiento
estoy frente
a lo que fui
y nada me libera
con tanta fuerza
como con lo que ella
me hace sentir.