El silencio se pronuncia
en la quietud del alma
desde donde se observa
lo que el espíritu presencia,
el encontrarse con Dios
se siente
sin encontrar el porqué
uno así lo entiende,
las palabras no explican
el porqué
la vida se detiene,
en el instante
en el que el pensamiento
crece
el silencio
y en su compañía Dios
todo de Él se respira
y su luz
se hace presente.