El amor se ha hecho dueño
de nuestra esperanza
la vida brota con fuerza
fruto de la constancia
de la fe de nuestras almas
de su silencio
con nuestra calma
porque hay un padre Dios
que nos protege
que nos mantiene
vivos en su amor
con una luz que es
como una llama,
viva en nuestro interior
que dará vida eterna
a nuestras almas.