Prefiero que permanezcáis en silencio
que vuestros ojos contemplen la oración
la quietud de vuestras almas en el tiempo
la luz que con silencio aclama
el milagro que ante vuestros ojos
es tener la paz de Dios,
no hay llama más viva
que la de ese amor
no hay presencia
que pueda albergar más vida
que la sencilla compasión de Dios,
la puerta que siempre está abierta
a nuestra esperanza
la vigilia, el ayuno
y la sed de nuestras almas,
invocar con oración
la propagación de vuestro ser
que tiene ante Dios
la única puerta a la esperanza.