A menudo
se vuelven luces mis sueños
como el brillo que a contra luz
se vuelve a iluminar
luminiscente en sus ojos negros
que escapan a la imaginación
de cualquier metáfora
en la que se puedan inspirar
unos versos
que al escribir y al ensoñar
son cristalinos como el aura
que al ver la luz
puedo contemplar
iluminado con su silencio,
luz que vuelva a ser
en mi inquietud
para contemplarlos otra vez
y a contra luz
al iluminar mis sueños,
que antes quiero escribir
tras la oscuridad
con la que al sentir y al ensoñar
puedo contemplar
en un cielo,
que es de absoluta
e inabarcable inmensidad
contemplado en sus ojos bellos,
como las estrellas incontables
que en su serenidad
se vuelven como el misterio,
en el que las palabras
han sido escritas
para emocionar
entre lo oscuro
que puede llegar a ser
su silencio.