Exhausto de añorarte
de sentirte y apasionarme
de mi alma estremecer
de enloquecer en este silencio
que no puede más que amarte
las yagas que escribo en mi piel,
el verso que te añora cuando muero
en una cárcel de amor
a la que siempre quiero volver,
es la vida que me place
la que te sueña en la penumbra
la que te sueña en la penumbra
muriendo al atardecer,
para que venga sobre mi la Luna
contemplando en las estrellas
tus ojos en mi ayer,
sólo muero con la noche y en mi locura
cuando mi muerte me cubre a oscuras
para renacer a cada mañana
al amanecer,
que espero, con el despertar
del Sol
al dibujar tu rostro
el camino que volveré hacer,
persiguiendo del viento
tu imagen en el silencio
Dios también es quien me inspira,
el pastor que me guía a tus cañadas
y en dulces parajes
me hace conmover.