El silencio
se descubre ante mí
con vuestro silencio,
es la experiencia
del encuentro
con el corazón
con el que siento,
que ese silencio
cobija la oración
y la protección
con la que el espíritu
recobra su silencio,
es
el poder encontrarse
ante la experiencia
viva
de Jesús
en nuestras vidas,
que sin duda
toca el alma
que se encuentra
con la gracia
de Dios
¡en otras almas!,
por la gracia
divina.