Mi silencio
quiere ir más allá
del propio silencio
lo cautivo con la mirada
creando como
de una imagen
la sucesión de momentos
o de recuerdos
que desordenados
invoco
a su oscuro reflejo,
y yo estoy en el centro
de todo cuanto observo
y soy, en el silencio,
pausa y pensamiento,
respiración y aliento,
latido en el sentimiento
de una sola entonación
con la que pretendo
el verso,
en el que aguardo
el consentimiento
de mi corazón
y del momento
para despejarme
en cada iluminada
liberación
en la que se inspira
mi presentimiento,
con el que espero
la audaz oscura sensación
con la que mi mente
resuelve la medida
con la que retuerce
cada palabra escrita
de manera abstracta
o consciente
con el saber
o con la suerte
de como yo
quise escribir
con mis sueños
mi tiempo presente,
dando forma y seguridad
al ensueño de un silencio
que da sentido
a la libertad
de cada verso,
una verdadera
ensoñación
del pensamiento
con el que
recrear la emoción
con la que me desvelo,
en una realidad
que me demuestra
una sensación de efusividad
lo que me conmueve
de este silencio,
de onírica realidad
con la que
traspasar con el fulgor
de ensueños,
versos inspirados
por la emoción
y por la capacidad
de emocionarse
ante un silencio
con el que ensueño
lo que siento,
una misteriosa realidad
que habita en la levedad
de un espacio
en el que imagino
la luz
de este ensueño.