Siento
la extenuación del silencio
su vacío en mi interior
con el que me atraviesa
aprisionándome
en estos versos
atenuado,
sobrepasado
hasta en mis tímpanos,
me escudriña
con latencia viva
la mente
en la que
con innata sutileza
irrumpe
con su presencia
en mi vulnerable
abstracción,
me persigue
y busca someterme
al hallarme
frente a frente
ante su severa
insinuación,
ausencia,
ante la situación
con la que persevera
y se vuelve insistente
de encerrarme
en esta locura
en la que decaigo,
no soy yo,
ni mi cordura,
recaigo
en su absoluta
condición
en la que
me abstraigo
y a duras penas
caigo en la cuenta
con inspiración,
de inspirarme
por él
en unos versos
de mejor intención.