En nosotros mismos

Cuando lo maravilloso está
en lo que siento al contemplar 

tus ojos
que con profundidad
me escuchan y me inspiran
como una sola mente
que se fija 

en nuestras pupilas
que sin necesidad de hablar
todas las palabras 

se comprenden
sin necesidad 

de mover los labios
el silencio se hace 

telepatía,
comprendida por los gestos
que sin pensar
piensan por si mismos
cuando a los ojos 

se mira,
con la razón 

a lo que siento
sin más necesidad
que la del silencio
y que la de un murmullo
como el de un pensamiento
que nace como 

de un alma pura
que sin más necesidad
que la de la oración 

exponencial
que se proyecta 

al firmamento
y a todo lo que es 

natural,
como la naturaleza misma
por la que existimos
y el verbo no siente

la necesidad de hablar
cuando vive
en nosotros mismos.